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Estamos ante una práctica estética relativamente reciente y que se encarga de la destrucción de la célula adiposa y, de esta manera, se convierte la grasa en un líquido conocido como diglicerido y que el propio cuerpo expulsará de forma natural a través del sistema linfático o bien mediante las vías urinarias.
La duración aproximada de una sesión de cavitación es de unos 35-40 minutos mientras que tan solo se podrá tratar un área por sesión, y de esta manera el paciente tendrá que elegir que zona desea ser tratada siendo el abdomen, glúteo y piernas las zonas más demandadas por los usuarios. Para conseguir resultados visibles es necesario someterse a una serie de sesiones, que oscila entre 6 y 10, teniendo en cuenta que será necesario dejar un margen por sesión entre tres y cuatro días para que el cuerpo pueda eliminar la grasa. Un aspecto importante para aquellas personas que desean realizarse una cavitación es que tanto antes como después de las sesiones tendrán que beber abundante líquido y es que gracias a ello podremos expulsar la grasa acumulada.
Es una sencilla intervención ideal para aquellas personas que deseen moldear su cuerpo mediante una técnica sencilla e indolora, aunque hay decir que no es recomendable en ciertos colectivos de personas como los menores de edad, diábeticos o aquellos pacientes que tengan problemas de hígado o corazón.